Artículo 25º.- El Gobierno federal promoverá la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes.
Me di cuenta de esta antigualla que aún tenemos en nuestra Constitución leyendo en Clarín el reportaje Vivir entre miradas filosas y la sombra de la discriminación, de Pablo Calvo. No lo cambiaron en 1994. Lo de "europea", digo. La discriminación está consagrada en nuestra Carta Magna.
¿Tenemos derecho a quejarnos si nos discriminan en otros países? Sí, claro. Sobre todo porque no fuimos nosotros los constituyentes de 1994 (ni siquiera mento a los unitarios precursores, otros buenos hijos de puta salvados por los historiadores con la vieja mentira de las circunstancias históricas). Pero ese derecho sólo será pleno si nos quejamos con al menos el mismo ímpetu de las discriminaciones que otros hermanos sufren en nuestro país. Ah, y ese artículo 25 además de una antigualla es una hijoputez.
¿Tenemos derecho a quejarnos si nos discriminan en otros países? Sí, claro. Sobre todo porque no fuimos nosotros los constituyentes de 1994 (ni siquiera mento a los unitarios precursores, otros buenos hijos de puta salvados por los historiadores con la vieja mentira de las circunstancias históricas). Pero ese derecho sólo será pleno si nos quejamos con al menos el mismo ímpetu de las discriminaciones que otros hermanos sufren en nuestro país. Ah, y ese artículo 25 además de una antigualla es una hijoputez.