(Esta es la primera de una serie de entradas que haré con pinceladas de episodios vividos en República Dominicana, a donde he viajado para hacer una serie de reportajes de texto y fotos).
En la fotografía aparece una mujer curando a un burro. Yo pensaba que el animal había sido víctima del clásico embichamiento (moscas que ponen huevos en pequeñas heridas y los gusanos que nacen de ellos horadan la carne de la pobre bestezuela, pudiendo provocar una infección que derive en su muerte si no es tratado a tiempo. El embichamiento se cura fácilmente si no se llega a tal extremo, por medio de un aerosol. Si el agujero dejado por los bichos es muy grande o profundo, puede necesitar una cirugía reparadora).
Pero no. No podrán decirme: "¿Y vo? ¿Tanto viaje pa'ver un burro embichao?".
Mis compañeros de viaje me informan de que ese burro es utilizado para transportar el carbón, que los habitantes más pobres de los bateyes dominicanos utilizan para cocinar. Así que el estado de la espalda del burro se debía a un abuso de su capacidad como animal de carga.
Por cierto, ese mismo carbón que lastima la espalda del burro es el que, quemado para cocinar en viviendas unihabitacionales, provoca que los pulmones de sus habitantes, en su mayoría niños, respiren dióxido de carbono en cantidades excesivas. Al menos no lo utilizan en la noche para calentarse, al tratarse de un país tropical, como sí sucede en otros países.
El sufrimiento del burro quizás sea poca cosa comparada con otras consecuencias de la utilización de carbón por falta de infraestructuras y medios que les permitan tener gas. Por ejemplo, la tala indebida de árboles en zonas forestales, especialmente en el oeste del país.
Pero a mí me impresionó que el animal tenía esa parte de la espalda, la que le estaban curando, como una gelatina de uva.
5 comentarios:
Lo leí y nunca me dejo de parecer interesante.
Hay sintágmas que te llevan hacia una lectura como la del "boom", tan latinoamericano y con una exquisita estética que los europeos aún estan con la boca abierta.
Lo he apreciado.
“Me alegra que hayas vuelto….”
Seguro que habrá miles de cosas de las que nos harás partícipes, pero ya que este ha sido el tema escogido para tu primera entrada, te diré que yo también me habría quedado impresionada con semejante visión…La utilización de animales para labores agrícolas, transporte de mercancías, de personas, etc., siempre ha existido. En muchos lugares del mundo, el burro, por hacer referencia a tu entrada, sigue siendo la única opción posible de desarrollo, de subsistencia… y además su precio es bastante asequible para la mayoría de las familias con problemas económicos que habitan principalmente en las zonas rurales. Pero…me parece que aunque el burro sea considerado un animal resistente, de pisada firme capaz de transportar todo tipo de carga, de adaptarse a casi todas las condiciones climatológicas, por no decir a todas, etc., no está recibiendo el trato que merece (como muchos otros animales). Creo que el hombre debería hacer un uso racional de los animales, sobre todo cuando al parecer su supervivencia depende exclusivamente del trabajo que estos animales realizan a diario. Se les explota, maltrata, etc., y luego nos extrañamos cuando escuchamos que se rebelan contra sus amos… a ver, quién no lo haría?
Comprendo que en muchos lugares del mundo la tracción animal ha sido, sigue y seguiré siendo por muchos años la única fuerza utilizada para labranza, tiro y carga, debido a su bajo costo y alta eficiencia, pero nunca a costa del sufrimiento de los pobres animales, que bastante hacen con estar a nuestras ordenes y ayudarnos en todo lo que pueden. Y no entro en el tema del carbón, de la deforestación, del cambio climático, etc., porque por desgracia, sobre estos asuntos quienes menos culpa tienen son precisamente, las personas con menos recursos...
Cuídate.
Meri
Durante muchos años, en especial hasta que dejé la adolescencia, me pareció más cruel el dolor de los animales que el de los humanos.
Con el tiempo he ido cambiando esa percepción, y ahora me parece mucho peor el dolor humano. Veo que la humanidad, en especial en los países desarrollados, cada vez quiere más desmesuradamente a sus animales de compañía en lugar de buscar la empatía con sus semejeantes, mientras los zoológicos siguen existiendo. Y no perdamos de vista el hecho de que esos mismos animales de compañía tan amados han sido comprados en tiendas, actividad que considero inmoral (me refiero al comercio con animales) además de lesivas para el interés de la vida futura de los bichos, pues fomenta el tráfico ilegal de especies y su potencial extinción. El amigo Rizzi escribió en clave de humor sobre esto: http://frescopachomba.blogspot.com/2008/05/un-poco-mucho.html.
De todos modos, si uno ve las distancias que los habitantes de los bateyes tienen que recorrer bajo un caribeño sol abrasador para transportar cualquier cosa que quieran transportar, comprende mucho más que hagan sufrir al burro. Si tuvieran mejores medios de transporte no lo harían.
¡No dejas de tener razón!
Entiendo perfectamente a lo que te refieres, lo que ocurre es que me cuesta mucho asumir que en ocasiones el dolor pueda estar de algún modo justificado. Creo que el maltrato no deja de ser el abuso de poder ejercido por un ser superior ante otro inferior. Sabes que conozco bien las condiciones de vida de estas personas, pues por mi trabajo este tipo de información está a la orden del día, y ayer tan sólo me preguntaba si no sería posible hacer un uso algo más racional de estos pobres animales…Pues tampoco me parece bien que un animal tenga que acabar el día con cualquier parte de su cuerpo destrozada…o incluso muriendo a consecuencia del esfuerzo realizado, cuando quizás podríamos tener un poco más de consideración,en general,eso es todo.
Meri
Es este país no hay nadie que proteja a los animales de este abuso... Es el pan de cada día en la mayoría de los mercados de la ciudad de Santo Domingo... Yo una vez denucie este echo en mi blog sobre unos caballos que vi muertos y algunos moribumdos y llenos de llagas, no te imaginas la impotencia que me causo...
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