jueves, septiembre 03, 2015

Aylan

Aylan Kurdi era un poco más pequeño que mi hijo Manuel. Tenía los bracitos y las piernas gorditas que tienen los niñitos de esa edad, reminiscencias de su paso por la etapa de la vida en la que somos bebés. Los padres queremos que la carne de esos bracitos y piernas siga siempre así de mullida, pero los seres humanos vamos creciendo y vamos dejando de ser amables (de amar) y adorables para ir convirtiéndonos en pequeñas bestezuelas hasta pasar a la horrorosa edad de la adolescencia antes de convertirnos en adultos, después en viejos, y finalmente dejar de ser de carne y hueso. Consumirse así es lo natural: es lo humano.
Aylan era como mi hijo Manuel, sus padres lo vestían igual: pantaloncito azul, remerita roja, zapatillitas pitucas. Aylan yacía en la playa, muerto, en la misma posición, boca abajo y con el culito para arriba, en la que muchas noches Manuel yace en la cama, durmiendo y reponiendo fuerzas para volver a la acción al día siguiente.
¿Qué habrá pensado el papá de Aylan antes de embarcarse con él en esa aventura de vida que es intentar llegar en una barcaza a las costas europeas? Lo habrá pensado mucho antes de arriesgarse a subir allí a su hijito. Habrá pensado algo así como: "Es un riesgo, pero las posibilidades de llegar son más que las de morir, y Aylan merece un futuro mejor, y sin seguridad no hay futuro posible para él. Si llegamos a Europa él podrá ir a una escuela pública y tener una vida normal. Yo trabajaré de taxista, barrendero o de cualquier oficio de baja cualificación (aunque fuera un egresado universitario) pero al menos él tendrá unas posibilidades de vida que acá no tendría, en medio de los tiros y la arbitrariedad, en este país en el que la vida no vale nada en que se ha convertido Siria. Nos arriesgamos. La mayoría llega. Espero que nos salga bien. Quedarse es un riesgo quizás mayor para su vida". El papá de Aylan pensó lo que podría haber pensado cualquiera en su lugar.
Aylan no tuvo la suerte que tuvo Manuel de que su papá naciera en Argentina y llegara a Europa, como todos los argentinos que llegan a Europa, en avión. Que casi nunca se caen. No tuvo la suerte de que su papá naciera en un país cuyos ciudadanos sólo requieren dos años de estancia legal en España para solicitar la nacionalidad. Aylan tampoco tuvo la suerte que tuvo Manuel de nacer en la Unión Europea. Aylan podría haberse llamado Manuel, Diego, Isaac, Pablito o Mateo. Pero se llamó Aylan. Y por esa maldita suerte, y no por otra cosa, nadie podrá ver jamás cómo sus bracitos y piernas van dejando de ser mullidos como los de los bebés para convertirse en brazos de niño, de adolescente, de adulto y de viejo. Nadie podrá ver cómo sus zapatitos dejan de ser adorables para convertirse en los menos adorables zapatos de niño, de adolescente, de adulto, de viejo. Ya nadie podrá ver cómo el paso del tiempo va transformando ese ser humano pequeñito en un hombre. Aylan ya no podrá convertirse en escritor, saxofonista, ingeniero o repositor de supermercado. No tendrá la oportunidad de convertirse en un hombre de bien, ni de enriquecer al mundo con su talento o con su sentido de la justicia.
El papá de Aylan tomó, pensando en su hijo, la misma decisión arriesgada que podríamos haber tomado yo, tú y el que está a tu lado mirando la pantalla de su móvil y sonriendo al ver un video de su hijo jugando en el parque mientras escucha con los auriculares puestos el sonido más hermoso que puede escuchar una persona: el de su hijo riendo. Cuántas veces el papá de Aylan habrá sonreído al escuchar el sonido más bello del mundo. Ese que ya no volverá a escuchar por una mera cuestión de suerte. Por haber nacido los dos en el lugar equivocado del mundo.

miércoles, mayo 20, 2015

Carta abierta de una trabajadora de Summa 112 a la Comunidad de Madrid

Una UVI móvil del Summa 112. / ÁlvaroBA - Flickr
Una trabajadora del Summa 112 de la Comunidad de Madrid me hace llegar esta carta abierta al Gobierno regional para que le dé difusión. Ahí va:
Carta abierta de una trabajadora del Summa 112 a la Comunidad de Madrid...
[ ] Señor Ignacio González,
Me gustaría hacerle unas preguntas, ya que usted siempre ha presumido de tener los mejores servicios de Emergencias, Summa 112, para los ciudadanos de la Comunidad de Madrid (al igual que lo hizo la señora Esperanza Aguirre). Tiene razón, pero hay que aclarar que esto es gracias a sus trabajadores, no a sus gestores.
¿Sabe cual es nuestra situación laboral?
¿Sabe que hay UVIs que salen sin médicos?
¿Sabe que se firman contratos por días , semanas, meses, y por un año , después de llevar más de once en el servicio?
¿Sabe que un técnico cobra una guardia de continuación de jornada a 2 euros de media la hora?
¿Sabe que hay un agravio comparativo en el sueldo de una misma categoría ?
Llevo más de 11 años en el servicio. Partícipe en los atentados de Madrid del 11-M y en el accidente de Barajas de Spanair. A día de hoy, sigo contratada, como otros muchos compañeros. ¿Se lo permitirían a cualquier empresa? ¿Sabe que el gerente y el director de gestión nos tienen presionados ante esta situación y que apenas nos dejan comer o cenar en guardias de 12 o 24 horas? ¿Se ha preocupado de ese personal del que tanto alardea ante la opinión pública?
Tanto usted como otros saben perfectamente que cuentan con un personal amante de las emergencias, y de una calidad humana de la cual sale un trabajo de excelencia. Y de eso se valen ustedes para seguir recortando medios.
Los sindicatos tradicionales nos han vendido. Concretamente, UGT me decía que no "levantara la liebre". Hasta que hace 3 años me planté. Perdí el miedo, y dije que no iba a "levantar la liebre" si no la "madriguera".
Señor González, menos presumir y mas calidad en el servicio, los ciudadanos se lo agradecería .
Carmen del Mazo Hidalgo
Trabajadora Suplente en Summa 112 desde el año 2004

miércoles, febrero 04, 2015

Galatea, vertiginosa y emocionante


¿Cómo se puede escribir ciencia ficción después de Orwell, Huxley, Philip K. Dick, Asimov, Lem, etc.?

¿Cómo puede una periodista española joven especializada en animalismo, madre de dos hijos, escribir un libro de ciencia ficción en nueve meses, en sus ratos libres (o, como ella misma cuenta, mediante el método bolañista de escribir con su hija en su regazo, o algo así)?

Bueno, poder, se puede, y Melisa lo hizo. ¿Y qué tal le salió?

Al comienzo del libro, la autora te introduce en este mundo particular que se inventó, un mundo futurista casi completamente programado, de una manera muy eficiente. Hace una presentación antes de que comience la acción.

Más allá de la agilidad de su prosa, el fresco que pinta la autora de un mundo poco espontáneo y la antipatía que genera, por su carencia de humanidad, la protagonista principal, me generaron un cierto desasosiego.

Aunque no me dejó indiferente: había algo que me decía que Galatea podía ser una gran novela.

La protagonista es una chica gestada mediante selección genética y elegida para unirse a una colonia humana en un planeta inhóspito, al que llegarían después de un viaje de doce años. Pero la cosa se tuerce debido a que su módulo (el robot asignado a su asistencia) comienza a tomar decisiones autónomas y fastidia el plan de la Comandancia (que aquí no les explicaré cuál es). La protagonista, a quien el robot obedece (él sólo tiene libertad para decidir sus acciones cuando ella no lo manda -o al menos eso parece-), toma las riendas de la situación.

Más allá del rechazo que ha generado en mí la protagonista (no se dice su nombre en toda la novela), quizás muy (pero muy) en el fondo, nos identifiquemos con ella. Y eso nos molesta.

En ese sentido, la autora mete el dedo en la llaga de nuestra propia humanidad: superficialmente, nos identificamos con los humanos que habitaban Galatea, un planeta al cual ella llega de una manera un tanto particular, y donde no es bien recibida: ella responde de manera impiadosa.

Eso nos lleva a plantearnos algunas cuestiones. ¿En el fondo, estando en su mismo lugar, haríamos lo mismo? ¿No somos vengativos, acomodaticios, crueles (más precisamente, insensibles al dolor ajeno que no sea de nuestros seres queridos), ombliguistas, inescrupulosamente ambiciosos? ¿No buscamos incesantemente justificaciones mentirosas para nuestros actos más cobardes, no disfrazamos nuestra pusilanimidad permanentemente? (Eso hace el personaje para justificar algunos actos terribles que comete).

En el capítulo 9, por ejemplo, hay una escena en la que se hace mención a las cosas que piensa la protagonista mientras hace ejercicio: esa persona que poco antes había sido calificada de «monstruo» y que en el mismo capítulo anterior había admitido haber perdido la cuenta de cuántos humanos había hecho matar (¡y que le daba igual!), al final es un ser humano con las mismas preocupaciones pequeñas que cualquier otro. Piensa lo mismo que todos pensamos cuando salimos a correr (los que salimos a correr): nimiedades. ¿Todos podemos ser monstruos?

La complejidad de este personaje y sus circunstancias es una de las grandezas de esta novela. Otra es la humanidad de otros personajes que irán apareciendo.

Galatea cumple varias de las máximas que exigimos a una novela: no te deja indiferente, es profunda a la vez que divertida y ágil (el ritmo es, perdón por el lugar común, trepidante: en pocas páginas pasan siempre un montón de cosas, sin que se aprecien por ello lagunas), habla de la vida y de la muerte.

Es ciencia ficción clásica. Están los proletarios de Orwell, los robots de Asimov, el planeta inhóspito y arenoso de la saga Dune, las naves-ciudad de Star Trek. Pero Galatea es original, porque la historia se lee como una historia nueva. Porque lo es.

La novela dura lo que tiene que durar, 400 y pico de páginas que se leen como si fueran 150.

Me atrapó y logró algo que agradezco enormemente a los autores cuando me hacen ese regalo: me emocionó, me hizo reír de tan buena que es. Eso es algo que me pasa más bien poco: no es risa provocada por el humor, es una risa de placer porque algo que te ha conmovido profundamente.

Es una sensación que, cuando me pasa, me digo que, si fuera escritor, querría lograr eso en mis lectores. Y juro que sólo con eso me daría por satisfecho.

sábado, junio 07, 2014

¿El último combate de Martínez y Cotto?


El combate de este sábado 7 de junio el Madison Square Garden de Nueva York entre Sergio "Maravilla" Martínez y Miguel Cotto podría ser el último para el que pierda.

Esta posibilidad es más cierta para el caso del argentino, quien tiene 39 años y ya se ha visto muy afectado por diversas lesiones (mano, rodilla, hombro) en sus últimos combates, que logró ganar merced a su talento, profesionalismo y, sobre todo, su coraje.

Cotto, con 33, aún podría recuperarse. Sin embargo, se trataría de la tercera derrota en sus últimas cuatro peleas, por lo que no sería descabellado que se pusiera a pensar en no seguir mancillando su gran currículum.

El principal interrogante es en qué nivel llegará el argentino a esta pelea. En igualdad de condiciones física, Martínez es muy superior a su rival, y así se lo reconoce el mundo boxístico: pese a que hace un par de años su nivel deportivo está notablemente mermado por las lesiones, se lo sigue considerando entre los mejores libra por libra. El ránking de referencia mundial de los mejores libra por libra, el de la revista The Ring, lo sigue manteniendo en su top ten.

El enigma Sarmiento

Desde que el mentor pugilístico de Martínez, Gaby Sarmiento, dejara de comandar su esquina, en marzo de 2011, tras recibir una condena a prisión en España, el boxeo de Martínez sufrió una involución, aunque la estricta conducta deportiva del argentino logró que salga airoso de peleas contra púgiles como los ingleses Darren Barker y Martin Murray, el irlandés Mattthew Macklin, y el mexicano Julio César Chávez Jr.

El motivo por el cual Gaby Sarmiento dejó de entrenar a Sergio fue una condena de cárcel por agresión a un joven a la entrada de una discoteca en Alcalá de Henares (España). Gaby se autoinculpó para proteger al verdadero autor de la agresión, su hermano Orlando (quien por entonces vivía en España sin la residencia legal) en un incidente que terminó con la víctima con lesiones irreversibles.

Tras el ingreso en prisión de Gaby, Sergio, en un intento de mantenerse lo más cerca posible de sus exitosos métodos de entrenamiento, eligió como reemplazante a otro de los hermanos Sarmiento, Pablo, quien carece de la capacidad como entrenador de Gaby. La inteligencia y profesionalidad de Sergio le permitió mantener un excelente estado de forma, pero sin la capacidad excepcional de Gaby, sus planes de combate no fueron los mismos.

Después de la pelea con Martin Murray, que Sergio ganó en Argentina por puntos en un fallo polémico, muchos compatriotas y colegas, que poco antes lo adulaban, comenzaron a criticarlo públicamente de manera exagerada e inmerecida, llegando a calificarlo de invento mediático y poniendo en duda la legitimidad de un triunfo que, si bien fue muy ajustado, considero que fue justo.

Tras recibir la libertad condicional en España, Gaby volvió a preparar diariamente a Sergio para su pelea con Cotto, con lo que Martínez espera volver a reconstruir la fórmula que lo llevó a sus cotas deportivas más sobresalientes.

Gaby dirigió obsesivamente la carrera de Sergio desde que éste llegó a España a comienzos de siglo como inmigrante ilegal, hasta que se convirtió en uno de los mejores boxeadores del mundo. En 2010, Sergio y Gaby fueron nombrados, respectivamente, boxeador y entrenador del año, después de los espectaculares triunfos ante Paul Williams y Kelly Pavlik, dos de los mejores y más temidos boxeadores del momento.

Después llegó el ucraniano Sergei Dzinziruk, la última gran actuación sólida de Martínez, el 12 de marzo de 2011. Gaby Sarmiento dirigió toda la preparación de ese combate, aunque ocho días antes de la misma, la policía estadounidense lo encarceló para deportarlo a España. Sin embargo, el plan de pelea estaba desarrollado y trazado, y le fue fácil a su hermano Pablo ocupar una esquina en la que, de todos modos, no parece haber hecho demasiada falta, ya que Sergio nunca vio comprometido su triunfo (que llegó por nocaut en el octavo asalto).

Además del bajón de nivel boxístico que experimentó Martínez después de la pelea con Dzinziruk, el argentino comenzó a tener serios problemas físicos. Tras la pelea con Barker (1-10-2011), dijo que se había fracturado la mano derecha, y que venció al inglés tras pelearle todo el combate con una mano.

Después vino Macklin, un boxeador con un estilo agresivo, ideal para el boxeo de Maravilla, quien brilla especialmente ante los púgiles más ofensivos, aprovechando al máximo los espacios con su estilo contragolpeador.

En esa pelea, Macklin decidió cambiar su estrategia de combate más usual, y "boxeó" con Martínez en gran parte de la pelea, en un claro intento de que el argentino tuviera que cambiar una plan de pelea que parecía claro. Esto pareció confundir bastante a Sergio que, a pesar de no haber visto comprometido su triunfo en ningún momento, no parecía encontrar la forma de apabullar al irlandés, a quien sólo encontró en los últimos rounds, para noquearlo categóricamente en el undécimo.

La pelea contra Chávez Jr., un boxeador muy fuerte pero lento y sin una buena preparación, fue dominada desde el comienzo hasta el final por un Martínez que exhibió su profesionalidad y que, al final, hizo alarde de la que es una de sus principales cualidades: el coraje. Tras recibir en el último asalto un golpe que, según sus propias palabras, "le apagó las luces" y terminar en la lona, se levantó y contra todo lo recomendable, acabó la pelea haciendo frente y lanzando golpes.

La peor de las peleas de Martínez fue la última, en Argentina, el año pasado, contra Martin Murray, cuando se mostró lento y tuvo apuros para vencer al inglés, un púgil fuerte pero muy limitado técnicamente, que no tuvo ni la valentía ni la capacidad para aprovechar su ventaja física.

Hace pocos días, Martínez reveló que 48 horas antes de esa pelea, sufrió una cadena de lesiones que a cualquier boxeador le hubieran impedido subir al ring. Pero con la expectativa que esa pelea había suscitado en Argentina, "Maravilla" decidió arriesgarse.

Según Martínez, se le desprendió la tibia y se le desplazó el menisco, además de sufrir una severa lesión en un hombro. A todo eso se habría sumado una fractura en una mano en la segunda vuelta. En esas condiciones, un triunfo hubiera sido imposible, ni siquiera siendo local, ante un púgil más inteligente y dotado técnicamente que Murray. Tuvo suerte de que el rival elegido fuera ése. El mismo Murray admitió tras la pelea la justicia del triunfo de Martínez, y reconoció que él no tuvo el temple necesario para hacerse con la victoria.

Pese a ello, lo ajustado de la victoria en una pelea con unas expectativas desmedidas hizo que gran parte del mundo pugilístico argentino considerara que las cualidades boxísticas de "Maravilla" estaban sobredimensionadas.

"Ustedes le dicen 'Maravilla', para mí no es ninguna maravilla", dijo el mítico Juan Domingo "Martillo" Roldán cuando le preguntaron su opinión sobre Sergio. Hasta Omar Narváez, considerado hasta entonces por Martínez un amigo (¿lo seguirá considerando así?), deslizó que "Maravilla" había sido ayudado por los jueces, a diferencia de él, cuyas victorias calificó de "verdaderas".

Después de tantas lesiones, Martínez pasó más de un año lejos de los cuadriláteros poniéndose a punto físicamente: a su edad las lesiones ya no se recuperan como antes. Se ve de cerca el retiro, y buscaban una pelea prestigiosa y con una buena bolsa. Lo encontraron en Cotto.

¿El rival ideal para Martínez?

Cotto era un rival que su equipo venía buscando hace tiempo porque generaría un buen pay-per-view, y el puertorriqueño encontró en la posibilidad de enfrentarse a Martínez un doble desafío: ser el primer boricua en alzarse con cuatro campeonatos mundiales en diferentes categorías, y tener un rival que relance una carrera algo alicaída tras una derrota poco esperada ante Austin Trout. Pero la apuesta es arriesgada para el pupilo de Freddie Roach: si Martínez está bien físicamente, con un plan de pelea ideado por Gaby Sarmiento, para Cotto podría ser casi imposible evitar la derrota.

El estilo contragolpeador de Martínez, que no es el de Mayweather (ante quien Cotto hizo un excelente papel, perdiendo pero dándole mucho trabajo al estadounidense) parecería ser ideal para vencer a un boxeador como el puertorriqueño, que basa su boxeo en la presión y el ataque continuo.

Si Martínez está en óptimas condiciones físicas, la única posibilidad que parecería tener Cotto es plantear una defensa muy cerrada, que obligue a "Maravilla" a tratar de abrir esa defensa, permitiendo el ataque del boricua: fue lo que le sucedió con Murray, un boxeador mucho más lento y limitado técnicamente que Cotto.

Ante un Martínez como el que se presentó ante el inglés, Cotto ganaría fácil. Aunque se estima que no será ésa la condición física que muestre el argentino en el Madison. Sobre todo, habiendo preparado la pelea con Gaby Sarmiento (aunque esa noche en la esquina esté Pablo, ya que Gaby no puede salir de España por ahora, al estar en régimen de libertad condicional).


sábado, diciembre 14, 2013

¿Aguantará Broner la presión de Maidana?

Este sábado por la noche tendremos en Texas un choque muy esperado, que mucho creen puede terminar siendo la pelea del año: el choque de estilos entre Adrian "The Problem" Broner y Marcos "El Chino" Maidana. Defensa y velocidad frente a pegada y presión.

Hace un par de meses, antes del combate entre Danny "Swift" García y Lucas Matthysse, había hecho un vaticinio diferente al del consenso en ese momento: mientras todos pronosticaban un knock-out del argentino, yo pensaba que todo el mundo estaba subestimando a un boxeador como García, quien podía causare serios problemas a su contrincante.

Por desgracia para el boxeo argentino, así fue: García es un boxeador fuerte y con muchos recursos, que llevó a cabo a la perfección su plan de pelea ante un peleador peligrosísimo como Matthysse, y todo le salió bien. Incluso hizo tocar la lona al argentino por primera vez en los 37 combates de su carrera.

Hoy volveremos a dar la contra al consenso en una pelea entre un estadounidense y un argentino: mientras Broner es el amplio favorito en las apuesta frente a Maidana, creo que el "Chino" será el ganador.

Con reservas, claro: la pelea puede caer para cualquier lado, y Broner es un tipo lo suficientemente rápido y hábil como para noquear a Maidana, o para esquivar sus embates contraatacando hasta legar a los puntos y ganar.

Sin embargo, a la hora de mirar lo pergaminos de uno y otro, salta a la vista que Broner aún no se ha enfrentado a ningún boxeador de la talla de Maidana. Ninguno. Cuando le ganó a un buen boxeador como Daniel Ponce de León, no mostró superioridad en la primera mitad del combate; sí se mostró superior en la segunda, pero tampoco lo avasalló.  Su última pelea, con Paulie Malignaggi, fue muy pareja y Broner ganó en fallo dividido de los jueces.

Broner es un boxeador joven que pretende emular la carrera de Floy Mayweather Jr.: si se mantiene en una buena senda de entrenamientos y no se descarría en el cuidado de su físico, puede llegar muy lejos en el boxeo. Pero aún no ha demostrado nada frente a un rival del nivel de un "Chino" Maidana, más curtido en peleas con retadores de fuste: Amir Khan, Devon Alexander, Alexandriy Kotelnik, Jesús Soto Karrass, Víctor Ortiz, Erik Morales, DeMarcus Corley.

Broner es más rápido y hábil que el "Chino", y lo va a golpear. La clave está en cómo podrá él, que aún no ha recibido golpes en su carrera, resistir los mazazos de Maidana: aunque Broner es un artista del esquive, no es Mayweather (el espejo en el que se mira), y lo más probable es que reciba algún que otro golpe comprometedor del argentino.

Puede suceder que Maidana le llegue poco, Broner lo asimile bien y logre imponerse. Ya sea por puntos o por knock out.

Sin embargo, creo que no logrará resistir bien el castigo al que lo someterá un Maidana que parece llegar más preparado que nunca a esta pelea, y probablemente el prospecto estadounidense conozca por primera vez la derrota.

¿Y ustedes qué opinan?

Acá les dejo los excelentes All Acces de Showtime, las previas de la pelea. Que lo disfruten.
Episodio 1

Episodio 2

lunes, agosto 20, 2012

Marilyn, a 50 años de su muerte, más viva que nunca

“Pobre Marilyn. Aquella mujer tan guapa, tan joven, con el mundo rendido a sus pies, los días que estuvo en México dio muestras de estar sumida en el abismo de alcohol y drogas que en poco tiempo la llevarían al infierno”.

La frase, recogida por Xavier Navaza en su libro El último amante de Marilyn, pertenece a Luis Soto, periodista y eminente emigrante gallego en México, que conoció a Marilyn Monroe cuando la estrella pasó un par de semanas en el país, cinco meses antes del trágico desenlace. Se conocen muchos detalles de lo sucedido la noche del 5 de agosto de 1962, cuando la actriz fue encontrada muerta en su casa del distrito residencial de Brentwood, en California. Sólo que muchos son contradictorios.  

Leer artículo completo en Letras Libres, aquí.

miércoles, julio 18, 2012

My week with Marilyn - Reseña

Voy a escribir de Michelle Williams. Porque esta película es ella.

No la tenía fácil. Interpretar a Marilyn y no caer devorado por el personaje era todo un reto. Marilyn es, probablemente, la estrella de cine a la que más se ha caracterizado en la historia, tanto en pantalla como en producciones fotográficas, y su melena corta platinada es, desde hace décadas, uno de los más reconocibles símbolos de la sensualidad femenina.

Ya sabíamos que lo había hecho bien, y muy bien, debido a que había ganado el Globo de Oro y había sido nominada al Oscar a mejor actriz protagónica, entre otras múltiples nominaciones y premios por ese papel.

Pero queríamos ver si tanto premio, nominación y elogio era merecido.

Leer artículo completo en Letras Libres, aquí.