martes, septiembre 27, 2011

Lo que quedó tras la batalla mundialista del Zar

Foto: Ramón Cairo, tomada de Fightnews.com.
El viernes, antes de la pelea nuestro amigo ruso Petia Petrov por el título mundial superligero de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en Argentina ante el campeón, Marcos "El Chino" Maidana, escribía en La Posta que Petrov tenía con qué ganarle a Maidana y que un exceso de confianza podía "jugarle una mala pasada al argentino, ante un pugilista más pequeño físicamente, pero mucho mejor boxeador".
Al final, Maidana no se confió y le peleó a Petrov con sus mejores armas y preparado al cien por cien. Y lo venció con justicia y contundencia, imponiendo su mayor poderío físico.
La crónica completa de cómo vivimos todo el intento del Zar de conquistar un título mundial en un peso superior fue publicada en Letras Libres: La aventura del Zar en Sudamérica.
Aquí rescataré las palabras de Ezequiel Vázquez respecto a la actuación del ruso: "Petrov demostró ambición y guapeza ante, sino el mejor, uno de los mejores boxeadores argentinos del momento. Creo que parar la pelea estuvo bien; Maidana es muy superior a él. Pero como la dignidad no tiene que ver con decisiones arbitrales, si estuviera enfrente del ruso le daría un apretón de manos porque la hombría y el orgullo que desparramó en el ring (ante, repito, un rival de otro nivel) no se ven todos los días".

viernes, septiembre 23, 2011

La gran noche del Zar

El pasado 5 de septiembre, cuando me enteré de que el boxeador colombiano Nacho Mendoza no aceptó la invitación para disputar en Argentina el título mundial de superligeros ante el gran noqueador santafesino Marcos Maidana, lo primero que hice fue comentar el asunto con mi amigo Petia Petrov, ese ruso afincado en Vallecas que llegó a España en 1999 con 100 dólares en el bolsillo y quince días después ya estaba entrenando con el mejor equipo de España, el capitaneado por Ricardo Sánchez-Atocha.

“¿No sería una buena oportunidad para vos?”, le pregunté.

“No”, me dijo, “es muy grande, Maidana”, refiriéndose al mayor peso, tamaño y alcance de El Chino.

Yo no terminé de creerle mucho, porque supuse que Petia, después de tanto esperar una oportunidad, entrenando y sacrificándose tantos años, no quería ilusionarse. Pero conociéndolo, sabía que estaría como siempre, entrenado a full y listo para aceptar cualquier desafío que lo pudiera llevar más cerca del gran sueño de todos los boxeadores: ser campeón del mundo. Y no me equivoqué.

No me sorprendió nada leer, un par de días después, este anuncio en su muro de Facebook: “¡¡¡Llegó la hora!!! ¡¡¡Por fin tengo una gran oportunidad!!! Campeonato del mundo WBA superligero el 23 de septiembre contra Marcos el Chino Maidana en Argentina.¡Al fin tengo una oportunidad!”. ¡Y lo supo sólo quince días antes del combate!

Había vuelto a acertar con Petia, como en su anterior pelea, ante el argentino Hugo Ángel “El Tren” Ramírez, cuando le había vaticinado que iba a propinarle a Ramírez el primer nocaut de su carrera, y acerté: un gancho al hígado, marca registrada de Petrov, dejó al Tren sin combustible en el cuarto round.

Ahora no voy a vaticinar nada sobre la pelea por el título mundial con el Chino Maidana, sólo diré que la pelea no tendrá demasiados secretos: lo que se verá es un duelo de estilos. La agresividad y potencia de Maidana contra el virtuosismo técnico de Petrov.

Está claro que si Maidana logra embocar a Petrov, tiene todas las de ganar. El tema va a ser que lo agarre antes de quedarse sin aire, porque si no puede quedar a merced de la endiablada velocidad y precisión de Petia.

Hay periodistas especializados, como William McKay, de Boxingnews24, que advierten que la elección del Zar como rival del Chino ha sido una muy mala elección de su equipo: “No podrían haber elegido un peor oponente para Maidana, que puede llegar a pasarlo mal en esta pelea”.

Más allá de estilos y preferencias, mi favorito está claro: el viernes pondré la amistad por delante de la patria. Pero está claro que Petrov tiene con qué ganarle a Maidana y que un exceso de confianza puede jugarle una mala pasada al argentino, ante un pugilista más pequeño físicamente, pero mucho mejor boxeador.

Así que la madrugada del viernes estaremos pegados a la pantalla de televisión viviendo una experiencia imperdible, algo muy difícil de que te suceda: ver en directo a un amigo pelear por un título mundial de boxeo. La emoción está asegurada.