martes, febrero 21, 2006

El wasabi no es el jengibre

Hace unos meses leí un libro, Wasabi, una novela de Alan Pauls. Me pareció horroroso. Yo tengo un amigo, José Satite, a quien nunca querría yo torturar con malas lecturas, pero como esto de la literatura (como en la música moderna, por ejemplo) es tan azaroso que uno nunca sabe, se lo dejé a ver si le gustaba. Y también porque no soy perfecto, que a veces también recomiendo porquerías que a mí me parecen buenísimas.
Los dos desconocemos al libro: yo sostengo que en agosto pasado, cuando José vino a mi casa, le dejé el libro para que se lo llevara. Él sostiene que me mandó el libro con las mismas intenciones que yo a él, advirtiéndome que era malo, pero que no es una devolución del libro.
Porque, debo decir, que José me mandó Wasabi junto con las galletitas de jengibre, en un ataque de niponismo que le agarró y que yo agradezco enormemente, más por el jengibre que por el wasabi. Junto a Wasabi me mandó El caos, de J. Rodolfo Wilcock. Apenas acabo de empezarlo y ya me parece excelente y divertido (sobre todo divertido: qué diferente a Wasabi).
Le escribo a José: "Es notable, pero parece que los escritores estos de hoy en día que tanto gustan de escribir en primera persona le hubieran copiado al libro ése". Al de Wilcock, me refiero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El amigo tiser ha tenido la deferencia de mostrarme su blog. BIENVENIDO PLANETA TIERRA AL PENSAMIENTO VIVO DEL TISER. Que lo disfruten con salú